La mejor época para realizar este postre es en plena temporada de su ingrediente principal, las cerezas, que están en su mejor momento desde finales de la primavera e inicios del verano. Su empleo en esta receta es recomendable sin deshuesar para que al hornearse éstas no tiñan toda la masa con sus jugos. El tipo de molde que se suele emplear es cerámico, circular y de bordes estriados, pero desde mi punto de vista podéis utilizar cualquier molde circular. Para este volumen de ingredientes uno de 24 centímetros de diámetro es perfecto.
Para untar el molde:
Para decorar:
Lo primero que vamos a hacer será precalentar el horno a 180 ºC calor arriba y abajo con ventilador. Si nuestro horno no tiene esta función lo pondremos a 200 ºC calor arriba y abajo. Engrasamos con mantequilla el molde donde hornearemos la tarta.
Espolvoreamos harina repartiéndola por toda la superficie y paredes del molde, retirando a golpecitos la harina sobrante. Cubrimos con una fina capa de azúcar y reservamos hasta su uso.
A continuación vamos a preparar la mezcla, para ello echamos en un bol la leche, la nata, el azúcar, los huevos, el kirsch y la pizca de sal.
Mezclamos con unas varillas hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos y añadimos la harina que la habremos tamizado previamente para evitar impurezas en la mezcla.
Integramos de nuevo con las varillas hasta que la mezcla resultante quede uniforme.
Lavamos y retiramos el pedúnculo a las cerezas y las ponemos dentro del molde, como os comenté antes, no es necesario retirarles el hueso pero podéis hacerlo si así lo preferís.
Cubrimos con la anterior preparación y horneamos el clafoutis durante 35 minutos aproximadamente. Estos tiempos están pensados para el tamaño de mi molde y la potencia de mi horno. Si vais a utilizar un molde más grande el tiempo de cocción será menor por lo que te recomiendo que vigiles el horneado comprobando si está cuajado haciendo la prueba del palillo. Si al pinchar la masa el palillo sale limpio es que ya está hecho.
Entreabrimos la puerta del horno y dejamos que repose 10 minutos. Sacamos del horno y esperamos a que atempere.
Este postre se suele consumir templado y en el mismo día por lo que espolvorearemos el azúcar glass justo antes de servir, si no con el calor residual que desprende la tarta el azúcar se aguaría echando a perder su bonita presentación. Decora además con unas hojitas de menta o hierbabuena, no es esencial pero visualmente el color verde en postres con fruta hace un contraste de colores muy favorecedor.